24.4.07

UNA ODISEA


Los cambios hormonales de esta edad están haciendo estragos en mí.

Es como volver a la adolescencia pero con muchas más arrugas. La semana pasada me fui a Sierra Nevada a esquiar, sin haberlo hecho jamás en la vida.

Ponerse las botas una odisea, quitarselas, otra. Mi suerte, encontrar dos compañeros de fatigas, que me ayudaron a tal menester, como en las películas del oeste, mi pie entre sus piernas y el otro apoyando en el culo y ala a empujar.

Andar con las botas, cargada con los esquís y con los palos, otra odisea.


Ponerse los esquís es fácil, quitárserlos otra odisea, si estás en el suelo, ¿la solución? llamar a los compañeros de fatigas.

Me pasé el dia en el suelo, cuando no me caía, me tiraba antes de atropellar al personal.

Pero se me hinchó un pié.

Fuí al médico:
-Mire usted lo que me ha hecho la bota de esquiar.

Se queda mirando al pié y contesta:
-¿La bota? la culpa la tiene su pié que no se adapta al estandar. Lo tiene cuadrado, usted no puede ponerse una bota tan rígida.

Y el muy "joio" termina diciéndome:
-Señora cambie de deporte y dedíquese al Yoga.

Se acabó mi carrera como esquiadora.

Lo mejor de todo: mis compañeros de fatigas, dos hombres estupendo con los que no paré de reir en todo el día.

10.4.07

UN ANIVERSARIO GENIAL

Por fin llegó el dia.

Tempranito a la peluquería, distinta a la de siempre, la academia donde suelo ir, está cerrada en fiestas.

-¿Como quiere que la peine?, me pregunta la niña.
- "To parriba", le digo.
-¿Quiere que le dure?
- Pues sí.
-Bien, bien, verá usted.

¡Un principio inmejeroble!, me dejó como si fuera ricitos de oro .... con unas decenas de años más.

Vestirse rápido, pintura poca, entre otras cosas porque no sé hacerlo y además como me gusta dar besos en la cara, no al aire, ir dejando la huella no me parecía lo más adecuado, así que los labios limpios.

Muchos nervios a la llegada, que se iban disipando conforme iba encontrándome a gente y dando abrazos y besos. Abrazos apretados, besos sentidos.

Ese día volvimos todos a los 21 años, no sólo por los recuerdos, también por el comportamiento, mientras mi amigo Antonio daba, lo que seguro fué, un precioso discurso mi "grupillo" no dejaba de reir, adios a la poca pintura que llevaba, me resbalaba por la cara.

Fué un dia muy corto, muy especial y que nos ha dejado a todos los que asistimos con resaca emocional.

Algunas fotos.