Lo deseaba desde hacía mucho tiempo.
Estaba muy nerviosa, era mi primera vez.
Me esperaba al lado de la cama.
Me acerco y me susurra al oido: ¡Túmbate!
Obedecí.
Me quitó la parte de arriba del bikini, me retiró las braguitas y me pregunta bajito ¿que aceite prefieres? De azahar, contesto .
Sentí sus manos suaves, apretaba, acariciaba, manos sabias recorrian todo mi cuerpo produciéndome toda clase de placer.
Tenía una extraña sensación, esas manos no pertenecían a ningún cuerpo, eran libres y bailaban para mí y sobre mí.
Al rato se acerca a mi oido y me dice:
Puedes darte una ducha y continuar tu baño
Me esperaban en la piscina con una amplia sonrisa, querían ver mi cara de "placer".
Y la vieron. Todo el fin semana tuve la misma expresión, pero esta vez por la compañía.
Cobre me acompañó en mi vuelta a Granada y se lleva un gran recuerdo de esta ciudad, así se le han quedado los pies después de unos días pateando el "Empedrado Granaino". Menos mal que los calicasas sí que le gustaron.
Ha sido una semana de ensueño, gracias a las bitácoras.
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