A veces resulta graciosa la vida, hace algunos años me veía con cámara en mano grabando las actuaciones de mis hijos, riendo y aplaudiendo.
La mayoría de los que estábamos en el coro teníamos sentados enfrente a nuestros hijos o hijas.
Los papeles se han invertido y ahora son ellos los que, con cámaras y moviles en mano nos graban en nuestra primera actuación coral.
Con algunos cambios, aplaudían sí, pero reían más.
Mi hijo quiere llevarme a que me someta al veredicto de Evaristo, aunque a mi quién me preocupa de verdad es que "nos pille" la SGAE .
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