-Tranquila nena, que eso es señal de que tenemos buen gusto y además nos queda estupendamente.
Me quedé con ganas de decírselo a una señora que llevaba un vestido igual que el mio. Pero la ví con algo de disgusto, le eché una sonrisa y tardó bastante en devolvérmela.
Me la encontré en las escaleras, cuando bajaba en el descanso a tomarme una deliciosa limonada con hierbabuena, tradicional en este acontecimiento.
Y la pobre esperó arriba hasta que yo bajara.
Tenemos muchas tonterías con la exclusividad.
Supongo que no se pondrá el vestido más en su vida, a mi me tiene que servir para dos bodas que tengo este verano.
Fué el viernes por la noche, estuve en un concierto de Barenboim, era el último del Festival Internacional de Música y Danza de Granada
En un lugar idílico El Palacio de Carlos V.
Música de Mozart y de Malher.
No entiendo de música, ni de esta ni de otra, según el momento o la estación oigo una u otra. Paso de una ópera a toda voz en una mañana lluviosa de otoño a una copla dramática en una tarde sensiblera.
Me gusta la que me provoca impresiones fuertes.
Y Mahler me produjo zozobra.
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