24.4.07

UNA ODISEA


Los cambios hormonales de esta edad están haciendo estragos en mí.

Es como volver a la adolescencia pero con muchas más arrugas. La semana pasada me fui a Sierra Nevada a esquiar, sin haberlo hecho jamás en la vida.

Ponerse las botas una odisea, quitarselas, otra. Mi suerte, encontrar dos compañeros de fatigas, que me ayudaron a tal menester, como en las películas del oeste, mi pie entre sus piernas y el otro apoyando en el culo y ala a empujar.

Andar con las botas, cargada con los esquís y con los palos, otra odisea.


Ponerse los esquís es fácil, quitárserlos otra odisea, si estás en el suelo, ¿la solución? llamar a los compañeros de fatigas.

Me pasé el dia en el suelo, cuando no me caía, me tiraba antes de atropellar al personal.

Pero se me hinchó un pié.

Fuí al médico:
-Mire usted lo que me ha hecho la bota de esquiar.

Se queda mirando al pié y contesta:
-¿La bota? la culpa la tiene su pié que no se adapta al estandar. Lo tiene cuadrado, usted no puede ponerse una bota tan rígida.

Y el muy "joio" termina diciéndome:
-Señora cambie de deporte y dedíquese al Yoga.

Se acabó mi carrera como esquiadora.

Lo mejor de todo: mis compañeros de fatigas, dos hombres estupendo con los que no paré de reir en todo el día.

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