Últimamente me cuesta conciliar el sueño, una señal más de mi envejecimiento, antes me dormia sólo con ver una cama, y ahora hasta tengo tiempo de pensar en los quehaceres del dia siguiente.
La otra noche y después de dar infinidad de vueltas en la cama, me levanté, calenté un vaso de leche y me dije:
-Maruja, a ver las guarrería que ponen en la TV a estas horas. Recuerdo que no hace mucho, y si estaban los niños despiertos no zapeaba por ciertas cadenas porque te podías encontraba con un pene como un demonio, así sin más, pero.....
Empiezo; una cadena, otra, otra, otra,......¡Menuda sorpresa!
Lo que me encuentro es un supermercado.
-Que si me quieren vender babas de caracol, ¡Cómo si no tuviera bastante con las que me caen cuando duermo!.
Aunque me dieron una idea, de aquí en adelante lo que haré será repartírmelas por la cara en vez de limpiármelas.
-Que si me quieren vender aparatos para ponerme cachas, ¡Por dios! a estas horas y tumbada en el sofá, no es en lo que yo estaba pensando.
-Que si me quieren vender un jamón de pata negra.¡Que no, que no tengo hambre!
¡Es una pena! ¡Ya no hay ni guarrerías a estas horas!
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