3.1.05

MI RATÓN

Hasta el nombre lo tiene feo y no digamos la apariencia. No me extraña que a muchas marujas como yo nos dé un poco de repelús.

Hace unos días me cargué uno, o al menos eso dicen mis allegados, claro que todo lo que deja de funcionar en la casa la culpable siempre es la más "indefensa". El caso es que lo usaba yo , se oyó un pitido que me hizo saltar de la silla y el joio dejó de funcionar.

Me han comprado otro, nada más y nada menos que óptico, de la almoadilla salen unos reflejos que me tienen todo el tiempo deslumbrada, pero eso no es lo peor, tiene vida propia, no para cuando se lo ordeno, ni pincha cuando se lo indico. Si antes tardaba una hora en enviar un correo, según mi adolescente mayor, ahora necesitaré la tarde entera.

Tengo una teoría, mis allegados han buscado un ratón granaino, "con mala follá", pensando que de esa forma les dejaría el ordenador para ellos sólos y más tiempo para compartir, pero se les ha olvidado que yo también soy granaina y que a "mala follá" no me gana ni el ratón.

Y ahora para grabar y publicar esto me tendré que encomendar a algún santo.

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