Hacía mucho tiempo que no pisaba el aeropuerto de Madrid y esto es lo que me encontré la semana pasada.
Punto para fumadores: un cuadrillo de pena, eso sí, un cartel enorme y muy sensual invitando a fumar.
Suelo ser muy respetuosa con los que no quieren morirse conmigo y no fumo en esos sitios pero no me pude resistir a hacerme una foto.
Mi sala de fumadores es muy parecida, un rincón igual de asqueroso.
Me sentí como en casa, sólo que se me olvidó llevarme la bata y el taburete.
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