Se dió cuenta una amiga, a la vuelta de nuestro viaje.
-¡Dios mio!¡que uñas más sucias!.
Miro las mías y negras, negras.
¡Es estupendo!. El que una maruja se tenga que limpiar las uñas es una señal inequívoca de que está de vacaciones.
¡Que asco! vuelvo a tener las uñas limpias.
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