Mi médica de cabecera dice que debo de hacerme una citología, llevo tres días sudando.
La camilla en la que hay que subirse me trae de cabeza.
La primera y última vez que me hice una, hará ya unos once años, la recuerdo como si fuera hoy mismo.
Entro a la consulta y me dice la ginecóloga, quitate los pantalones y las braguitas (es un decir porque yo no uso braguitas sino bragas de cuello alto), súbete a la camilla, saca un poco el culito, una pierna en el gancho de la izquierda y la otra el de la derecha.
Yo cada vez con más sudores,
- creo que me estoy mareando, les digo.
-No mujer, no,...¡ si has parido dos veces!.
Y esta maruja,- que sí, que sí.........
Cuando me desperté estaba rodeada de todos los médicos del Centro de Salud y de sus enfermeras, ¡qué verguenza!, no me desmayé otra vez por si acudían también los del hospital que les pilla muy cerca.
-Respira, mujer, respira hondo.
Cualquiera respira con tanta gente alrededor.
Después del espectáculo, me hicieron la citología, que consiste en abrir la vagina con un aparato parecido a un sacacorchos meter una jeringa que recoge el líquido que se supone que tienen que analizar y yasta.
Doler no duele, pero impresionar sí que impresiona.
Esta maruja está aprendiendo a respirar hondo por si.........
1 comentario:
Ayyyyyyy, si lo estoy pasando yo mal,...
¿De verdad hay que ser tan descriptivo? :)
Arkangel
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