30.11.04

SOLUCIÓN SALOMÓNICA

Este fin de semana me he dado un capricho, me hacía mucha ilusión ver una exposición de Gauguin que había en Madrid y allí que nos hemos ido, los cuatro y eso que intenté que no nos acompañaran los niños pero no hubo forma, se apuntan a un bombardeo.

Disfruto mucho en los viajes, no sólo por lo que se aprende sino también por la comida, el no tener que pensar que hago hoy, supone un gran alivio para mí.

El domingo estábamos en el Paseo del Prado, con cientos de restaurantes uno al lado del otro, con infinidad de menús, tres vueltas le dimos.

Primera vuelta:
En un restaurante la adolescente lee: Melón con jamón y Lasaña, empezó a babear.
En otro el adolescente lee: Paella y Pollo empanado, se le salían los ojos de las órbitas.

Segunda vuelta:
Intentamos buscar otro en el que hubiera algo en común. No lo encontramos.

La conversación era algo así:
Vamos al del Jamón, claro siempre hay que hacer lo que dice la marimandona.
Pues vamos al de la Paella, claro siempre hay que hacer lo que dice el mimado.

No hubo otra solución que elegir los padres, pero ¿cual era la elección?, ver con qué adolescente se acoplaba cada uno.

Tercera vuelta:
Padre con hijo a un restaurante.
Madre con hija a otro restaurante.

Menos mal que sentido del humor no nos falta y que todos comimos estupendamente.

Estoy segura que para la próxima vez nos sobran dos vueltas.


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