16.12.04
MERIENDA DE EMPRESA
Martes, cinco de la tarde, esta maruja en una esquina, citada con otras marujas.
Cinco y diez, ni una aparece. Una neurona alerta, ya te has equivocado,hoy no es martes. Llamadas y más espera, van llegando. Mujeres estupensímas sí, pero impuntuales también.
Nos conocimos en la puerta de un colegio, en la época de un cambio importante. Cuando pasamos de ser "mujer de" a "madre de". Y a pesar de que nuestros hijos pasaron del colegio al instituto, solemos vernos dos o tres veces al año.
Descafeinados, tilas, coca-cola sin hielo (no sólo se sabe la edad por las arrugas también por lo que se bebe).
Tardamos poco en ponernos al día:
Incorporaciones de unas a la vida laboral.
Repaso a nuestras parejas.
Repaso a nuetra queridísima familia política.
Y ya pasamos a esas conversaciones irrelevantes de las marujas: Educación, utilización del lenguaje de nuestros adolescentes, ¿involución o evolución?.
Discusiónn que ya quisieran tenerla nuestros políticos.
Nos reimos mucho, sobretodo de nosotras mismas y lo mejor con nosotras mismas.
De despedida abrazos, besos y la promesa de no tardar tanto para volver a vernos.
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